Tradicionalmente la educación, tanto académica como no académica, se ha centrado en señalar los errores a los niños y niñas con el fin de que no se vuelvan a cometer. La técnica del boli verde, es un método sencillo y efectivo que consiste en centrar la atención en los aciertos, en señalar los aciertos en lugar de los errores.
La Técnica del boli verde
Tradicionalmente hemos señalado los errores a los niños y las niñas, les indicamos lo que hacen mal y lo remarcamos pretendiendo que así se den cuenta y no vuelvan a cometer el error. Todos podemos recordar nuestras propias tareas escolares y exámenes marcadas con un boli rojo. Pero ¿qué ocurriría si dejamos atrás este método y hacemos algo nuevo y distinto? ¿Por qué no probamos a señalar y remarcar lo que nuestros niños y niñas hacen bien?.
Normalmente solemos concentramos en los errores. ¿Qué se ha quedado grabado en la mente? Exacto, las letras que quedaron mal, es decir, lo incorrecto. ¿Alguna vez habéis visto letras o respuestas correctas rodeadas con tinta roja?. No, ¿verdad?. Y es que, nos guste o no, nuestro subconsciente tiende a recordar lo que ha sido resaltado.
El método del “bolígrafo verde” consiste en concentrarnos en lo que está bien hecho. Experimentamos emociones y actitudes completamente diferentes. Queramos o no, nuestro subconsciente tenderá a repetir lo que hemos logrado hacer bien (y quedó resaltado). Se trata de una motivación interna completamente distinta: ya no intentamos evitar los errores, sino que nos esforzamos por hacer lo que está bien. Parece lo mismo, pero hay un cambio importante en la estructura del pensamiento.”
La técnica del boli verde tiene importantes implicaciones y por eso ha tenido un gran calado en el sector educativo:
- En primer lugar supone un cambio de paradigma, ahora centramos la atención en el acierto y no el error. Se trata de repetir los aciertos en lugar de evitar el error. Se trata de dejar de CORREGIR para comenzar a IMPULSAR Y MEJORAR el aprendizaje.
- Desmitificamos el valor del error. El error siempre ha sido una gran barrera, algo malo que había que esconder, algo que nos cuesta reconocer. Al desmitificar este valor del error, nos encontramos con mentes preparadas para equivocarse, mentes que aceptan el error, porque conocen sus aciertos. Si solo nos centramos en los errores y no les mostramos la alternativa correcta difícilmente aprenderán.
- Al centrarnos en el error creamos una sensación de frustración, el niño se percata de lo que ha hecho mal, está marcado y los aciertos no están marcados y por lo tanto parece más importante el error.
- Cuando solo señalamos los errores estamos dañando la autoestima del niño.
- Utilizando un boli verde para señalar los aciertos estamos motivando al niño, al reforzar los aciertos despertarnos su interés y el gusto por el aprendizaje. El refuerzo positivo siempre funciona mejor que el negativo.
- La técnica del boli verde se puede y se debe aplicar a otros contextos educativos, no solo en el ámbito escolar. Podemos cambiar nuestra actitud y comenzar a señalar los aciertos de nuestros niños y niñas, comenzar a elogiarles por aquello que hacen bien, en lugar de limitarnos a castigar lo que hacen mal.
Los elogios motivan la buena conducta, refuerzan aquello que está bien hecho y despiertan el interés por repetirlo. La autoestima se protege y se alimenta.