Internet y las tecnologías de la información y comunicación son el buque insignia de la generación Z, Generación Web o ciudadanos digitales.
Conocidos como la generación Z, Generación Web o ciudadanos digitales, sus protagonistas nacieron entre el año 94 y la década de 2010, por lo que hoy se encuentra actualmente compuesta por niños y adolescentes.
Internet y las tecnologías de la información y comunicación, también llamadas TIC, son el buque insignia de todos estos niños y jóvenes. La tecnología, tal y como la hemos ido aprendiendo la generación X y la Y o de los Millenians, nada tiene que ver con la que están absorbiendo nuestros hijos.
La principal característica que los distingue de nosotros es que no conocen una vida sin Internet, siendo este el aspecto que determina todas sus relaciones, sus fórmulas de comunicación y de trabajo.
¿Cómo afecta Internet a su aprendizaje?
Algunos padres y educadores expresan una gran preocupación pensando que los niños de hoy están sobre-estimulados hasta el punto de estar perdiendo la capacidad de aprender.
Hay investigaciones que constatan la influencia que ejercen las TIC en el aprendizaje de los alumnos, especialmente en cuanto a la motivación, atención y actitud, así como en el desarrollo de las competencias específicas y transversales.
El estudio “El impacto de la tecnología en el aprendizaje” ha sido realizado por Mar Camacho, doctora en Tecnología Educativa y especialista en la aplicación del Mobile Learning y las tecnologías emergentes como herramientas de aprendizaje.
La investigación está basada en el seguimiento del programa Samsung Smart School durante el curso 2015-2016, con el objetivo de analizar el impacto de este proyecto de transformación digital de las aulas en el rendimiento académico de los alumnos, especialmente en el desarrollo de las competencias comunicativas y lingüísticas, las competencias digitales y la capacidad para “aprender a aprender”.
La llegada de la tecnología a las aulas, en concreto de las tabletas, ha mejorado la motivación, la atención y la actitud de los estudiantes, pero aún quedan pendientes los retos técnicos por la “falta de cobertura y conectividad a Internet así como las carencias formativas, en ciertos aspectos, por parte del profesorado”. Así lo demuestra un estudio sobre el impacto de la tecnología en el aprendizaje, realizado por Samsung y el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes.
El estudio sobre la influencia de la tecnología en las aulas ha dado como resultado las siguientes conclusiones:
- Las tablets como elemento precursor del cambio educativo. Alumnos y docentes escriben semanalmente en sus tablets, trabajan con apps, buscan información en Internet o colaboran con sus compañeros, acciones propias de una alfabetización digital.
- Metodologías activas y estrategias didácticas colaborativas. Las actividades más valoradas por los estudiantes son las que resultan dinámicas, interactivas e interdisciplinares, como la utilización de las tablets en las salidas (para preparar los itinerarios, buscar información histórica o hacer fotos) o en actividades audiovisuales como grabarse en vídeo, realizar entrevistas de audio o crear audiolibros en inglés.
- El impacto en el aprendizaje y en el desarrollo de competencias. Se han obtenido evidencias de un impacto en el aprendizaje de los alumnos, en cuanto a la motivación, atención y actitud de los alumnos; el desarrollo de las competencias clave de los alumnos, como el sentido de la iniciativa, la capacidad para aprender, la competencia digital, y otras capacidades esenciales para el alumnado como el trabajo en equipo o la creatividad.
- Hacia un aprendizaje inclusivo, flexible y profundo. La integración de las tablets en las aulas ha favorecido la individualización del aprendizaje, respetando los propios ritmos de los alumnos y facilitando la colaboración. Resulta muy destacable el valor de las tablets en la atención a la diversidad y las necesidades educativas especiales.
¿Pero cómo afecta Internet a su personalidad y relaciones?
El acceso a la información, la sobrecarga de esta y la exposición de nuestras vidas a través de perfiles públicos condicionan toda una forma de expresión en la que las relaciones se vuelven más frecuentes pero también menos reales, al adolecer del contacto físico necesario para entablar dinámicas sociales naturales y que evolucionan a su propio paso. Como resultado, los niños y adolescentes de hoy tienen una forma de comunicarse en la que priman las relaciones a través de los medios digitales. Esto tiene un efecto directo sobre su personalidad y desarrollo:
- Baja tolerancia a la frustración: los jóvenes están acostumbrados a obtener resultados inmediatos: “Lo que quieren, lo quieren ya”, y están poco habituados a esperar, en parte como consecuencia de la evolución de Internet y de la banda ancha, que permite interaccionar en tiempo real.
- Preferencia por las relaciones virtuales a las reales: no es que hayan dejado de tener amigos con los que verse físicamente, pero los chicos de ahora se relacionan fundamentalmente a través de redes sociales o de canales de chat como WhatsApp, Snapchat, Instagram, Twitter, Facebook y YouTube.
- Capacidad para entablar “grandes relaciones virtuales”: las relaciones generadas a partir de Internet pueden adquirir una gran dimensión en sus vidas, tanto en lo afectivo como en lo profesional, con sus pros y sus contras. Como ventaja está la posibilidad a futuros de realizar contactos y colaboraciones profesionales o académicas fructíferas y de alto rendimiento, y entre los contras se encuentra la amenaza de que se topen con algún adulto malintencionado o groomer.
- Son muy visuales: están aprendiendo a comunicarse más por imágenes que por textos y viviendo en primera persona la transformación de los medios de comunicación, que abandonan el papel para abrirse paso en un mundo digital en el que se usan asimismo muchos vídeos.
- Puede verse afectada la escritura . El abuso de emojis nacidos con las pantallas táciles y los móviles de última generación convierten los emoticonos en grafismos muy propios de su generación, con el riesgo de no saber distinguir entre la comunicación formal que ha de emplearse en un contexto de trabajo o académico, y la informal y adecuada entre amigos.
Tareas Pendientes.
Como tareas pendientes los docentes y educadores tenemos que seguir potenciando el aprendizaje activo, del que ya hemos hablado en mas de un artículo, aprendizaje por proyectos, o creando productos grupales como resultado de su aprendizaje son aspectos incompatibles con sistemas de evaluación tradicional. Es necesario que la evaluación de los alumnos se base en los productos que elaboran y las competencias que trabajan y desarrollan durante el proceso de aprendizaje. Por otro lado, la falta de cobertura y conectividad a Internet, los problemas técnicos puntuales o las carencias formativas en ciertos aspectos por parte del profesorado fueron mencionados como aspectos en los que seguir trabajando en el futuro.
@EspaiEduca.