La edad preescolar es, sin lugar a dudas, la etapa más significativa e importante del desarrollo del ser humano. En ella se estructuran las bases fundamentales del desarrollo, que en las sucesivas etapas de la vida se consolidarán y perfeccionarán. La estimulación infantil a través de la luz y el color es una herramienta didáctica importante para este objetivo.
En esto coinciden la mayoría de los autores/as y concepciones, que aun planteando respuestas divergentes y contradictorias respecto a las causas y condiciones de este desarrollo, muestran consenso respecto a la significación de este período en la formación del individuo.
La importancia crucial de esta etapa, entendida como aquella que va desde el nacimiento hasta los seis – siete años, y que en la generalidad de los países coincide con el ingreso a la escuela, estriba en que la misma gran parte de las estructuras biológicas, fisiológicas y psicológicas, están en pleno proceso de transformación.
Esto supone que se le ha de dar especial atención a la estimulación que se realice durante esta etapa y que influirá en dichas estructuras, cualidades y funciones psíquicas que dependen de las mismas.
Una de las etapas mas significativas de la edad preescolar, entre tantos otros, radica en la presencia de numerosos períodos sensitivos del desarrollo. Por período sensitivo entendemos aquel intervalo de la vida en el cual una determinada cualidad o función psíquica encuentra las mejores condiciones para su surgimiento y formación, que en cualquier otro momento de la misma.
Así, el lenguaje, la función simbólica de la conciencia, la independencia, entre muchos, tienen su período sensitivo en la etapa preescolar. Propiciar la adecuada estimulación de estas cualidades en su momento específico, va a ser determinante a los fines del desarrollo ultilateral del niño o niña en estas edades.
Uno de los períodos sensitivos de mayor importancia en esta fase de la vida lo constituye el de la percepción, que abarca toda la etapa preescolar. La percepción es el primer paso del conocimiento sensible del hombre, y es la base de todos los procesos psíquicos: pensamiento, lenguaje, imaginación, etc.
La luz, como elemento presente en la naturaleza y como elemento artificial, permite una multiplicidad de acciones que combinan, a través del juego, la ciencia, el arte y la vivencia generando un clima de experimentación y creatividad. El ambiente de luz ofrece una oportunidad de jugar a través de la luz y el color, convirtiendo la actividad científica en un centro de experimentación y expresión artística.
A través de elementos luminosos se pueden crear tantas situaciones, escenas, experiencias e inventos como se puedan imaginar. Ofreciendo materiales a los niños, seleccionados de manera cuidadosa pueden suponer un recurso para crear y componer imágenes, juegos de sombras y colores, dibujos , todo lo que su creatividad permita.
La pedagogía de Reggio Emilia, también más conocida como pedagogía de la luz es un claro exponente de metodología fundamentada en la estimulación infantil a través de los sentidos, a través de la experimentación con mesas de luz , juegos con sombras, estimulación a través de la luz y color.
La filosofía de Reggio Emilia es una experiencia educativa que nace en 1945 en el norte de Italia, en una ciudad llamada Reggio Emilia. Es reconocida mundialmente como una de las mejores propuestas educativas para primera infancia. La característica esencial de Reggio es facilitar la expresión y la experimentación, de hecho Loris Malaguzzi destaca la gran versatilidad que existe en la expresión humana del aprendizaje.
Esta propuesta se centra en los siguientes principios básicos, su fundador es Loris Malaguzzi:
1. El niño como protagonista: los niños y las niñas son fuertes, ricos, capaces y interesados por establecer relaciones. Todos los infantes tienen preparación, potencial, curiosidad e interés en construir su aprendizaje y negociar en su ambiente.
2. Profesores, colaboradores, investigadores y guías competentes: los profesores acompañan a los niños en la exploración de problemas, proyectos, investigaciones y en la construcción de su proceso de aprendizaje.
3. Espacio como tercer maestro: el diseño y el uso del espacio promueve las relaciones, las comunicaciones y los encuentros (Gandini, 1993). Hay un pedido y belleza implícito en el diseño y la organización del espacio, equipo y materiales en una escuela (Lewin, 1995). Cada esquina de cada espacio tiene su identidad y propósito, y es valorado por niños y adultos.
4. Las familias como aliadas: la participación de las familias es vital y toma diferentes formas. Los padres juegan un papel activo en las experiencias de aprendizaje de los niños y ayudan a garantizar la seguridad de los niños en la escuela.
5. La documentación pedagógica: utilizar como forma de hacer visible a los niños y adultos como co-constructores de cultura y conocimiento. La documentación tiene muchos objetivos: hace a los padres conscientes de las experiencias de sus hijos; permite a los docentes entender mejor a los niños, evaluar su propio trabajo y compartir con los colegas.
Espai Educa, consciente de la importancia de la estimulación en edades tempranas, ofrece un curso de formación presencial y On line orientados a particulares y profesionales del mundo educatívo en el desarrollo de competencias sobre Pedagogía de la Luz y otras metodologías.
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