Pedagogía de la Luz y Color. La importancia de la estimulación sensorial Infantil.

El niño establece contacto con su entorno a través de sus sentidos. Los sentidos influyen en cómo percibe e interactúa con el mundo.

Por medio de sus sentidos percibe y da sentido a la información y los estímulos que le rodean. La capacidad del niño para darse cuenta de lo que sucede dentro y fuera de él depende de su habilidad para percibir y esta evoluciona conforme el niño/a se desarrolla.

Ver, oír, oler, probar y tocar junto con el lenguaje y el movimiento son funciones que le permiten estar en contacto consigo mismo y crear la conciencia necesaria para poder diferenciarse del otro. Usa sus sentidos y su cuerpo para asimilar la experiencia y la relación con el entorno.

El juego sensorial creativo con materiales como arena, agua, arcilla, pintura de manos, le permiten explorar y conocer el mundo a través de sus sensaciones, siendo el elemento vital para la expresión personal y para el desarrollo del sentido de sí mismo.

El juego sensorial exploratorio le facilita la investigación y manipulación a través de sus sentidos y mediante la exploración con diversos materiales, texturas, sabores, olores y sonidos.

El niño aprende a confiar, usar su cuerpo y sensaciones para obtener un contacto más funcional con el entorno.

La Pedagogía de la Luz está enmarcada en la Pedagogía de Reggio Emilia, utiliza la metodología de proyectos. Los niños tienen la posibilidad de tomar decisiones desde la definición del tema, al desarrollo del mismo. Los padres son considerados como compañeros o pares, trabajando en conjunto con educadores, la documentación y la evidencia del trabajo de los niños es la base de la evaluación, y los educadores son investigadores permanentes, aprenden junto a los niños y construyen nuevo conocimiento junto con ellos.

La organización de los espacios en la escuela Reggiana, tiene como principio que los lugares inviten al descubrimiento y la exploración. De ahí que por ejemplo siempre debe haber un “Rincón del Atelier” o Taller de arte, en donde, a través de todo tipo de herramientas, se permite a los niños experimentar y estimular su creatividad. En este sentido, los paisajes cromáticos, los ambientes sonoros, las texturas y los elementos naturales cobran gran importancia en cuanto permiten vivencias multi-sensoriales (con varios sentidos involucrados).

Los seres humanos siempre hemos considerado los sentidos una puerta de acceso al mundo exterior, a través de los cuales explorábamos nuestro entorno y obteníamos información sobre él, básica para poder velar por nuestra supervivencia.

En la educación pre escolar, reconocer la importancia de la estimulación sensorial temprana es fundamental para definir y llevar a cabo metodologías y estrategias para la primera infancia. Es importante abrir espacios exploratorios que favorecen la construcción de aprendizajes, donde los niños y niñas son protagonistas, fortaleciendo sus habilidades y capacidades. Los espacios lúdicos, tanto espontáneos como dirigidos, son esenciales para el desarrollo sensorial de los niños y niñas.

El niño aprende a través de los sentidos, se abre paso en el mundo jugando y experimentando, probando y comprobando. El adulto tiene la función de captar sus movimientos y crear espacios preparados para poner en marcha todos sus sentidos.

Es muy probable que los procesos investigadores y de descubrimiento que realizan los niños sean una síntesis de miles de años de historia de la humanidad. Desde el juego con las sombras hasta la experimentación con los materiales más sofisticados, los niños investigan las propiedades de la luz y del color, se hacen hipótesis y comprueban los resultados. Es habitual observar a un niño pequeño maravillarse por las sombras, o por los reflejos del sol, o por el efecto de un arcoíris.

El ambiente de luz ofrece una oportunidad de jugar a través de la luz y el color, convirtiendo la actividad científica en un centro de experimentación y expresión artística. No es difícil imaginar situaciones donde la luz intervenga.

Es posible la toma de conciencia de la luz por parte del niño desde muy pequeño, y también una progresiva interiorización de sus fenómenos, siempre, que ello esté contemplado por el maestro. Quiere decir que hay, ante todo, una sensibilización y profundización por parte del maestro, en el tema que le permita tener apunte los conocimientos para saber extraer de una experiencia ocasional o programada, todo el fruto posible.

La tarea del educador-aquí, como en otros momentos-consiste en haber pensado las posibilidades que el propio medio ofrece y otras que podemos ofrecer. Un descubrimiento, los niños, los lleva a otra descubierta. A nosotros los educadores nos corresponde ayudar a los niños a comunicar con el mundo con todas sus potencialidades, fuerzas y lenguajes de que están dotados. Las respuestas diversificadas de los niños son las nos hacen reflexionar e investigar con el fin de devolver sus descubrimientos y los nuestros, enriqueciendo y multiplicando las posibilidades de investigación.

Nuestro papel como educadores está en , “planificar” “facilitar”, “coordinar” “recoger”, “multiplicar” experiencias con un rigor científico, metodológico y humano.

@EspaiEduca